Hoy os voy a hablar de las últimas 15 series que he visto. Sí, veo series como churros, ¡qué queréis que os diga!
Como en julio y agosto solo estoy publicando una vez se a la semana (el resto de días tenemos maravillosos posts invitados en la "fiesta de verano"), no quería "desperdiciar" el día hablando de series. Pero ya tengo 15 acumuladas de las que hablar, supongo que en vacaciones aumentará la lista, y también he pensado que igual os vienen bien para el veranito. Así que... ¡vamos con las últimas 15 series que he visto!
Ya os he contado en otros posts de este tipo que yo veo muchas series mientras trabajo. Cuando estoy diseñando, empaquetando, o haciendo alguna tarea que no suponga escribir (ahí tengo que concentrarme al 100%), siempre tengo alguna serie puesta. Por eso me cunde tanto. Además, por la noche, con mi chico, no vemos la tele "normal", sino que siempre recurrimos a alguna serie. Por eso verás series de todo tipo. Y muchas de esas perfectas para ver "de fondo" :P
En un momento de sequía de series, y buscando alguna que pudiese ser ligerita, di con Divorce. La cosa prometía: Sarah Jessica, HBO... Sin embargo, no logré pasar del segundo episodio. ¡Y os aseguro que es muy difícil que yo deje una serie a medias!
Tenía pendiente desde hace mucho tiempo ver Freaks and Geeks. Me sonaba haber visto algún capítulo suelto en el pasado, pero no recordaba nada. ¡Y me encantó! Es de lo más divertida y fantástica, y es una pena que solo se hiciera una temporada.
Girlboss, la serie que cuenta la historia de Sophia Amoruso, la creadora de Nasty Gal que se hizo rica vendiendo ropa de segunda mano por Internet, es divertida y se ve en un santiamén. Sus estilismos son geniales y los diálogos son muy ligeros. Eso sí, a ella la odiarás en la mayoría de los casos y la han cancelado.
Queridos Blancos es de esas series que veo en Netflix y que enseguida borro de mi mente. Recuerdo que la esperaba con espectación, ya que había provocado una gran polémica en EEUU. Y cuando la vi, recuerdo que me reí y que era entretenida, pero no mucho más.
De verdad que confiaba en ella. Que la primera producción de Netflix en España iba a ser buena. No iba a ser una "españolada". Pero me equivocaba. Las chicas del cable es una serie más. Es un Velvet pero cambiándole los trajes a las protagonistas. Qué pena.
Feed the Beast no sabía ni que existía, pero la vi en Netflix ¡y sale Ross! Así que la devoré. Basada en una serie danesa, va perdiendo fuelle conforme avanza... Y os la podéis ahorrar.
Reconozco que a mí me encantan las series de adolescentes. Y más aún si hay un crimen de por medio. Me engancho enseguida. Riverdale, además, tiene el plus de una fotografía y una estética de 10. Vamos, que me devoré la primera temporada y espero ansiosa la siguiente.
Otra de esas series que Netflix se podía haber ahorrado. Santa Clarita Diet podía haber estado mucho mejor: Drew Barrymore, zombies, barrio pijo, gore... Pero, para mi gusto, se queda en un intento que tiene que recurrir al chiste fácil y a las escenas escatológicas y desagradables.
Nada más por la pasta que se ha dejado en salarios (Nicole Kidman, Reese Witherspoon, Laura Dern...) ya despierta curiosidad Big Little Lies. A los que están acostumbrados a series con más ritmo, le aburrirá soberanamente. Se tiran toda la miniserie mareando la perdiz y haciendo hincapié en temas que no tienen mucho interés. Pero el final, el último episodio, lo compensa todo. ¡Me encantó!
Reconozco que mi principal motivación para ver American Gods era su protagonista (busca Ricky Whittle en Google, ¡ay omá!). Basada en la novela homónima de Neil Gaiman, que no he leído, la serie es más rara que un perro verde. Está maravillosamente bien hecha, necesita concentración al 100% y al principio cuesta pillarle el punto, pero mola. (¡¡Y ese prota!! ¿Lo he dicho ya?)
Por cierto, que la tienes en Amazon Prime Video, al que accedes si estás suscrito a Amazon Prime. Y si no, puedes probarlo un mes gratis.
Habrás visto que, hasta ahora, en este post he criticado prácticamente todas las series nuevas que he visto en Netflix. Pero luego llega Anne y me reconcilio con la plataforma. La adaptación del libro "Ana de las tejas verdes" es adorable y preciosa. Llorarás y reirás y cuando se acaben los 8 episodios desearás tener más.
Vale, y Glow también ayuda a reconciliarme con Netflix. Pero gracias a que está detrás Jenji Kohan, la creadora de Orange is the new black y Weeds. Adoro a esta mujer, que crea series en las que las mujeres son las absolutas protagonistas y las aleja totalmente de los estereotipos. Y Glow no se queda corta. No es la mejor serie del mundo, pero es divertida, estéticamente maravillosa, y la devorarás en un par de días.
También he estado viendo con mi chico Ray Donovan. Él ya la había visto y yo la tenía pendiente, así que nos hemos puesto al lío. Es original y tiene muchos ingredientes para que me guste. Y lo ha hecho. Lo que pasa es que hemos visto todas las temporadas del tirón y he acabado saturada. Es para disfrutarla poco a poco. ¡Pero la recomiendo mucho!
Otra que Netflix podía ahorrarse, jajaja. En serio, ¡con la de guionistas buenos que habrá en paro! Tenía el aliciente de que salía Cobie Smulders (Robin en Cómo conocí a vuestra madre), pero es que se queda en nada. Intenta ser nostálgica sin nostálgica, graciosa sin gracia, profunda sin profundidad... Ná.
Y termino con otra española que, esta sí, me ha sorprendido: La casa de papel. Es cierto que las series hechas en España siempre van a parecerlo. No pueden huir de determinados clichés, estereotipos y chascarrillos. Pero oye, está muy bien hecha, es como una película dividida en episodios, atrapa desde el principio, y desde luego la terminé queriendo más. ¡Merece la pena darle la oportunidad!
¡Y ya me callo, que vaya post largo! ¿Cuáles han sido las últimas series que has visto?
En un momento de sequía de series, y buscando alguna que pudiese ser ligerita, di con Divorce. La cosa prometía: Sarah Jessica, HBO... Sin embargo, no logré pasar del segundo episodio. ¡Y os aseguro que es muy difícil que yo deje una serie a medias!
Tenía pendiente desde hace mucho tiempo ver Freaks and Geeks. Me sonaba haber visto algún capítulo suelto en el pasado, pero no recordaba nada. ¡Y me encantó! Es de lo más divertida y fantástica, y es una pena que solo se hiciera una temporada.
Girlboss, la serie que cuenta la historia de Sophia Amoruso, la creadora de Nasty Gal que se hizo rica vendiendo ropa de segunda mano por Internet, es divertida y se ve en un santiamén. Sus estilismos son geniales y los diálogos son muy ligeros. Eso sí, a ella la odiarás en la mayoría de los casos y la han cancelado.
Queridos Blancos es de esas series que veo en Netflix y que enseguida borro de mi mente. Recuerdo que la esperaba con espectación, ya que había provocado una gran polémica en EEUU. Y cuando la vi, recuerdo que me reí y que era entretenida, pero no mucho más.
De verdad que confiaba en ella. Que la primera producción de Netflix en España iba a ser buena. No iba a ser una "españolada". Pero me equivocaba. Las chicas del cable es una serie más. Es un Velvet pero cambiándole los trajes a las protagonistas. Qué pena.
Feed the Beast no sabía ni que existía, pero la vi en Netflix ¡y sale Ross! Así que la devoré. Basada en una serie danesa, va perdiendo fuelle conforme avanza... Y os la podéis ahorrar.
Reconozco que a mí me encantan las series de adolescentes. Y más aún si hay un crimen de por medio. Me engancho enseguida. Riverdale, además, tiene el plus de una fotografía y una estética de 10. Vamos, que me devoré la primera temporada y espero ansiosa la siguiente.
Otra de esas series que Netflix se podía haber ahorrado. Santa Clarita Diet podía haber estado mucho mejor: Drew Barrymore, zombies, barrio pijo, gore... Pero, para mi gusto, se queda en un intento que tiene que recurrir al chiste fácil y a las escenas escatológicas y desagradables.
Nada más por la pasta que se ha dejado en salarios (Nicole Kidman, Reese Witherspoon, Laura Dern...) ya despierta curiosidad Big Little Lies. A los que están acostumbrados a series con más ritmo, le aburrirá soberanamente. Se tiran toda la miniserie mareando la perdiz y haciendo hincapié en temas que no tienen mucho interés. Pero el final, el último episodio, lo compensa todo. ¡Me encantó!
Reconozco que mi principal motivación para ver American Gods era su protagonista (busca Ricky Whittle en Google, ¡ay omá!). Basada en la novela homónima de Neil Gaiman, que no he leído, la serie es más rara que un perro verde. Está maravillosamente bien hecha, necesita concentración al 100% y al principio cuesta pillarle el punto, pero mola. (¡¡Y ese prota!! ¿Lo he dicho ya?)
Por cierto, que la tienes en Amazon Prime Video, al que accedes si estás suscrito a Amazon Prime. Y si no, puedes probarlo un mes gratis.
Habrás visto que, hasta ahora, en este post he criticado prácticamente todas las series nuevas que he visto en Netflix. Pero luego llega Anne y me reconcilio con la plataforma. La adaptación del libro "Ana de las tejas verdes" es adorable y preciosa. Llorarás y reirás y cuando se acaben los 8 episodios desearás tener más.
Vale, y Glow también ayuda a reconciliarme con Netflix. Pero gracias a que está detrás Jenji Kohan, la creadora de Orange is the new black y Weeds. Adoro a esta mujer, que crea series en las que las mujeres son las absolutas protagonistas y las aleja totalmente de los estereotipos. Y Glow no se queda corta. No es la mejor serie del mundo, pero es divertida, estéticamente maravillosa, y la devorarás en un par de días.
También he estado viendo con mi chico Ray Donovan. Él ya la había visto y yo la tenía pendiente, así que nos hemos puesto al lío. Es original y tiene muchos ingredientes para que me guste. Y lo ha hecho. Lo que pasa es que hemos visto todas las temporadas del tirón y he acabado saturada. Es para disfrutarla poco a poco. ¡Pero la recomiendo mucho!
Otra que Netflix podía ahorrarse, jajaja. En serio, ¡con la de guionistas buenos que habrá en paro! Tenía el aliciente de que salía Cobie Smulders (Robin en Cómo conocí a vuestra madre), pero es que se queda en nada. Intenta ser nostálgica sin nostálgica, graciosa sin gracia, profunda sin profundidad... Ná.
Y termino con otra española que, esta sí, me ha sorprendido: La casa de papel. Es cierto que las series hechas en España siempre van a parecerlo. No pueden huir de determinados clichés, estereotipos y chascarrillos. Pero oye, está muy bien hecha, es como una película dividida en episodios, atrapa desde el principio, y desde luego la terminé queriendo más. ¡Merece la pena darle la oportunidad!
¡Y ya me callo, que vaya post largo! ¿Cuáles han sido las últimas series que has visto?
