mi patio: antes y después

Hoy… ¡Os invito a mi patio! Os voy a enseñar cómo estaba cuando llegamos a la casa y los cambios que hemos ido haciendo en él. Ahora mismo es una de mis estancias favoritas de la casa, y sobre todo con el buen tiempo, así que, coge este mojito, ponte bien cómoda… ¡Que empezamos!

Se trata de un patio interior, la pared frontal da a una tienda tipo nave, por lo que es altísima, y los laterales, a otras casas. No es el patio con más luz del mundo, es muy agradable. Cuando llegamos a la casa, no había nada más que una mesa con cuatro sillas. Por supuesto, partimos de esa base para comenzar a colocar algunos elementos que nos venían bien para echar buenos momentos: una sombrilla, una barbacoa…

Estas son las fotos del anuncio de la casa cuando la alquilamos 

Pero pronto vimos que tenía un defecto: se ve que las maderas del suelo y el mobiliario llevaban mucho tiempo, y en cuanto empezamos a usar el patio, se empezaban a partir las lamas. En unos meses ya estaba casi todo el suelo roto, así que tocaba pensar en renovarlo.

Debajo de las maderas había una lona, y debajo, tierra. En un principio pensamos en quitarlo todo y hacer crecer césped, pero tiene mucho mantenimiento y si Trasto estaba todo el día entrando y saliendo, no iba a ser lo más limpio. Así que, tras barajar varias opciones, volvimos a poner madera. En este caso, unas baldosas más pequeñas, para que nos diera más juego al ponerlas. Y claramente eran más baratas, por lo que las lamas están más separadas. Esto, desde luego, no es la mejor solución para un escrupuloso de la limpieza, ya que todo se mete por estos huecos y es un rollo. En nuestra casa, con el limonero, el suelo siempre está lleno de hojas (y algún que otro limón), por mucho que barramos. Pero no es algo que nos preocupe, en ese sentido somos muy pasotas 😛

Como lo de debajo del todo es tierra, no está totalmente liso y regular, y en una parte las maderas se levantaban totalmente, así que pusimos césped artificial. De nuevo, no es la mejor solución, ni estética ni a nivel pulcritud, pero nosotros siempre buscamos ese equilibrio entre económico / cómodo para Trasto / aceptable visualmente, así que nos decantamos por ello.

Aprovechamos también para dejar una parte libre de madera y lona y poder poner un pequeño parterre. Aparte de la hiedra y el limonero, cada uno en una esquina, no había ninguna planta, ¡y yo necesitaba más verde! Así que planté una adelfa, un jazmín (que ha crecido ya un montón y voy a tener que poner una enredadera), y algunas cosas más que voy cambiando (también aprovecho el hueco para colocar alguna maceta o mis cultivos de temporada).

Lo cierto es que otras casas vecinas tienen el patio alicatado e incluso con desagüe, no entiendo por qué este no, pero evidentemente nosotros en una casa ajena no nos vamos a meter en una obra de esas dimensiones. Jugamos con lo que existe y punto.

Con respecto a los muebles, lo primero que compramos fue una barbacoa (no aparece en las fotos, está en un rincón más feo y lo he evitado :P). Después, quisimos añadir algo más cómodo, para leer y echar largos ratos fuera. A mí el mobiliario habitual de exterior no me gusta mucho, me aburre, y además me parece muy caro, por lo que buscamos una alternativa, y me gusta ese toque boho y hippie que da el poner elementos de interior en un patio o jardín.

Así que nos fuimos a una tienda de segunda mano, con la intención de buscar un sofá auténtico de salón, y dejarlo fuera hasta que muriese, pero finalmente vimos un sofá-cama de metal y nos pareció una idea estupenda. También compramos un baúl de madera para almacenar cosas. El sofá ha aguantado perfectamente el invierno, no tanto el baúl, que se puso muy feo, y lo hemos metido en el hueco de la escalera, se ve menos y sigue haciendo su función.

Al quitar el baúl (antes estaba colocado junto al sofá-cama), quedaba un hueco muy grande, así que compré una estantería básica Hyllis de Ikea, me gusta el toque industrial y aguanta todas las inclemencias. Ahora la tengo llena de macetas y me encanta 🙂

El último paso era renovar las sillas. Como dije, la madera estaba muy vieja y algunas se habían partido, y cuando venía gente tirábamos de sillas plegables y taburetes de la cocina. Dando una vuelta por Wallapop vi estas sillas que un señor vendía por 30€ las cuatro:

Enseguida les vi posibilidades así que me fui a por ellas. El “lavado de cara” fue muy sencillo: las lijé lo que pude, les apliqué un spray antioxidante, y también con spray las pinté. Al ser de malla, me negaba a estar 100 años con un pincel. Con spray con la malla se desperdicia mucha pintura, al no ser una superficie grande, pero el resultado es genial. Las pinté de dos tonos de verde distintos. Tanto el antioxidante como el color son de la marca MTN 94, y después de un mesecito puedo decir que está aguantando perfectamente el exterior y están preciosas.

Finalmente las adorné con unos cojines. Los de colores básicos los compré en Primak, y los dos del pájaro son de H&M Home (aún están a la venta). En cuanto los vi, supe que estaban hechos para mis sillas nuevas 😛 En el sofá tenemos también un revoltijo de cojines, algunos no pegan mucho, pero prima la comodidad. Por cierto, que el sofá no venía así, tenía una funda azul, pero compré el año pasado esta funda nórdica tropical y se la puse. También ha aguantado genial el invierno 🙂

En la foto de arriba podéis ver una guirnalda de luces. No es la típica a pilas de Primark (tengo otra así enrollada en el limonero, pero no la usamos). El patio estaba falto de luz para la noche, y a mí me encanta el rollo verbena así que compré esta guirnalda en Amazon. Es de enchufe e ilumina perfectamente, ¡me encanta!

Por supuesto, no pueden faltar las plantas, que nunca son suficientes y siempre que puedo incorporo alguna, tanto aquí abajo como en el acceso al patio, y tanto plantas ornamentales como pequeñas macetas de cultivo (ahora mismo tengo tomates, cherrys, rábanos, zanahorias y espinacas). Por cierto, no lo he dicho, se accede desde el salón y tiene unas escaleras:

¡Y eso es todo! No es el patio más perfecto y fotografiable del mundo, no tiene muebles de diseño preciosos, pero a nosotros nos encanta, nos parece acogedor, es cómodo, lleno de verde, ha sido barato montarlo, y como digo, ese toque hippie me gusta mucho ;P

Te dejo algunas fotos más para que cotillees:

Un dispensador de bebidas y una buena sangría son ya básicos en nuestro patio 😛

Estas son las vistas desde el sofá-cama… ¿Quién no quiere pasar ahí la tarde entera?

Y este es el aspecto una noche cualquiera, con una cena rica, bebida fría, y Trasto como siempre moviendo el sofá y haciendo el gamberro 😛

¡Y eso es todo!

Como todo lo de la casa, siempre voy cambiando cosas y el aspecto va evolucionando, pero ya me apetecía enseñar el patio, en el que tantas horas paso, por aquí 🙂

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9 comentarios

  1. ¡Qué envidia de patio! Lo habéis dejado muy bonito. Entiendo lo de no querer invertir mucho en algo que no es TUYO, pero pese a todo ha quedado muy acogedor. ¡Ojalá todos los patios interiores tuviesen este aspecto! ¡Un besito!

  2. Tu patio es una maravilla Carmen. Yo tengo una terraza muy apañada también, de otro estilo y sin una sola planta, porque las mato todas… 🙁 y me he comprado esa guirnalda de luces a ver qué tal funciona! Gracias por compartir!

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